Editorial: Norma
Año: 1999-2000
Guion: Jacques Lob, Benjamin Legrand
Dibujo: Jean-Marc Rochette
Género: Postapocalíptico
Escaneador: jbabylon5 (CRG)
Archivos: 1
Tamaño: 291 Mb.
Formato: Cbr
Un tren en movimiento perpetuo recorre sin descanso un planeta Tierra inhabitado y devastado por la nieve. Sus pasajeros, únicos supervivientes de la raza humana, subsisten divididos por vagones en una recreación despiadada de la sociedad estamental.
Rompenieves es una serie de vocación postapocalíptica que cambia los zombis, la radiación nuclear o los virus por la nieve eterna. El frío es la terrible amenaza común que padecen los viajeros forzosos de este tren mastodóntico que circula eternamente por unas vías que parecen llevar a ninguna parte.
“Es el Rompenieves con mil y un vagones (…) A través del hielo y la desolación circula el tren sin destino. La vida ha desaparecido en el exterior. La tierra prometida se ha desvanecido”.
Esta es la sentencia que los autores de la obra van repitiendo machaconamente – con leves variaciones – para recordarnos que el microcosmos que sobrevive en el interior de este gran convoy es la única esperanza de vida que le queda a nuestro planeta. Una terrible catástrofe sin definir, provocada por un conflicto bélico ha convertido la Tierra en un lugar inhabitable, donde cualquier atisbo de vida ha desaparecido bajo un espesísimo manto de hielo y nieve. Los pasajeros del tren esperan poder llegar a un destino más habitable mientras en el interior de los vagones reproducen los mismos errores que han motivado su confinamiento. La desigualdad, la represión y la explotación no han desaparecido con la catástrofe exterior y muestran en el claustrofóbico entorno mecánico un aspecto más cruel y siniestro.
“Delante están los vagones dorados. Gran lujo y confort acolchado. Detrás, lejos de la locomotora, es el populacho el que se amontona”.
Este terrible sistema de clases, condena a gran parte de los pasajeros a la marginación, al hambre y a la desdicha mientras unos pocos privilegiados se aprovechan de los escasos lujos que ofrece vivir encerrado en unos vagones de primera clase. En la parte central están los soldados y los revisores que mantienen a la fuerza el status quo y también los habitan una precaria clase media que se debate entre ayudar a los condenados de la cola o asaltar el poder de los vagones dorados y así perpetuar el sistema. Que Proloff, haya conseguido acceder a los vagones centrales desde el fondo del tren, pone momentáneamente en jaque el sistema, pero su aventura servirá de desencadenante para unos cambios muchos más profundos. A todo esto, parece que la locomotora va reduciendo casi imperceptiblemente su velocidad…
Este panorama es marco general de la serie y es el argumento de la primera parte de esta trilogía.
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